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Los derechos humanos en tiempos de COVID 19

Publicado por Hilda

Frente a las circunstancias gravísimas que está viviendo el mundo entero, enfrentando a este virus desconocido hasta hace muy poco, con potencialidad letal, los gobiernos han debido tomar medidas políticas para atenuar el impacto sobre la población que ha dividido en su regulación tato a gobernantes como a gobernados, por la cantidad de derechos involucrados y la colisión entre ellos, ya que resguardar y preservar algunos, significa, en muchos casos, poner en riesgo a otros.

Evidentemente, los derechos humanos son todos fundamentales, pero, entre ellos, también hay un orden de prioridad, y, sin lugar a dudas, el de la vida es el que ocupa el nivel más elevado, pues, sin ella, ningún otro derecho podría ejercerse.

Sin embargo, junto a la vida misma, se debe destacar la calidad de vida, y la dignidad de la misma; ya que el aislamiento social, también conocido como cuarentena, ha provocado daños importantes, tanto a nivel físico, como psicológico y económico, lo que ha impactado gravemente en todos los países, a nivel general y particular, en mayor o menor medida; afectando, a los más vulnerables en mayor medida.

Muchas personas perdieron sus puestos de trabajo, y, con ello, el derecho a tener una vivienda digna, abrigo adecuado, alimentación saludable; las actividades virtuales han puesto de manifiesto, graves diferencias de clase, ya sea por falta de tecnología o ignorancia en su uso, que han dificultado a muchos el acceso al aprendizaje o a sus labores cotidianas y no cotidianas, como, por ejemplo, trámites burocráticos. Además de los derechos al trabajo y la educación, se vio afectada, también, la libertad de circulación. El derecho a la salud, se ha visto cercenado, pues, protegiéndose contra el novedoso virus, muchas personas, no controlaron otras patologías, de igual o mayor gravedad que el coronavirus.

Esto ha creado opiniones que se alzan a favor, y otras en contra, de las restricciones impuestas; pero, a la hora de decidir, creemos que lo que determina la vuelta al goce de los derechos en plenitud, es que se garantice que los que se enfermen, estarán atendidos de modo eficiente; ya que, si bien hay, para algunas personas un riesgo bajo de sufrir consecuencias graves por el coronavirus, no es menos cierto, que esas mismas personas, son vehículos de contagio para otras, a los que enfermarse, puede serles fatal.

¿Cuál es la solución? ¿Tienen razón los que abogan por una apertura ilimitada o los que claman por seguir con las restricciones? Creemos que ni una postura ni la otra. Se debe ser muy cuidadosos, pues la salud debe ser la prioridad, tratando de que la calidad de vida, se vea afectada en la menor medida posible, e ir, paulatinamente, y con protocolos estrictos, ir liberando las restricciones; pero sin perder de vista, que, si bien es responsabilidad de la población cuidarse, es el Estado el que debe garantizarlo, pues los ciudadanos responsables, pueden verse en riesgo, por otros que no lo sean. Ese es el rol de las leyes, poner límites a nuestros derechos individuales, cuando el bienestar general, se vea afectado; para estar, en definitiva, protegidos todos; brindando asistencia a los sectores con mayores dificultades para enfrentar esta excepcional situación, lo que, es particularmente difícil para países, que ya antes de la pandemia, estaban en situación crítica.