Subsidio agrario
Los subsidios agrarios son un instrumento de política agraria, al igual que lo son el crédito agrícola o las exenciones de impuestos, que tienen por objeto incentivar la producción, compensar la no producción, mejorar las maquinarias agrícolas y la infraestructura agraria en general, (en este caso muchas veces favorece a los grandes productores en desmedro de los pequeños y más pobres) o mejorar las condiciones socio ambientales de la producción, etcétera.
Las leyes argentinas 22.428 sobre conservación de suelos y la ley 20.247 referente a semillas y producciones fitogenéticas, las llama subsidios. En general las propias leyes establecen la creación de fondos especiales para cubrirlos o pueden estar previstos dentro del presupuesto nacional.
Son sumas de dinero que se le entregan al productor o al dueño del emprendimiento agropecuario, en su caso (si se trata de subsidios a la industria o al transporte).
En México el plan PROCAMPO es muy criticado, ya que si bien es para apoyar a los campesinos más desfavorecidos ha sido presuntamente objeto de clientelismo y corrupción, siendo denunciado por favorecer a parientes de figuras públicas y a narcotraficantes.
En España comenzó a aplicarse el subsidio agrario a partir de 1984, como prestación no contributiva. Pueden acceder a este subsidio los trabajadores eventuales agrarios que residan en algún municipio de Extremadura o Andalucía. Su regulación comenzó en 1983 y su aplicación en 1984, para aquellos que carezcan de ocupación debiendo probar haber trabajado durante treinta cinco peonadas. También existe el PER (Plan de Empleo Rural) destinado a inversiones en infraestructura.
