Tecnocracia
Tecnocracia, significa literalmente el poder de la técnica (del griego, “tecnos”= técnica y “kratos” = poder que se politiza, reduciendo la política a la eficacia técnica. Es un vocablo nacido en Estados Unidos, luego de la Primera Guerra Mundial, aunque sus orígenes remotos parecen llevarnos a Platón y su “sofocracia”, donde el poder era detentado por los sabios, aunque la gran diferencia era que estos sabios no eran técnicos sino prudentes, capaz de encontrar la justicia y el bien común.
Francis Bacon (1561-1626) canciller inglés, sentó una filosofía de la naturaleza, donde previó el dominio del hombre sobre lo natural por medio de las creaciones artificiales y por la labor de los científicos. El conde Saint Simon (1760-1825) preconizó la primacía de lo económico por sobre lo político, encaminada la acción política a la administración de las cosas, estando a cargo el poder y la toma de decisiones de los productores industriales, que al estar capacitados para dirigir sus empresas, también pueden hacerlo en el conjunto de la sociedad industrial.
Las decisiones políticas en la Tecnocracia, son efectuadas, de acuerdo a medios prácticos o técnicos, lo que llegó a cobrar una fuerza inusitada a partir del desarrollo de las máquinas electrónicas y la cibernética.
Diverger luego de la Segunda Guerra Mundial acuñó la expresión “Tecnodemocracia” donde los técnicos actúan paralelamente, colaborando con los representantes elegidos por el pueblo.
Para R. Gregoire con Tecnocracia se designa una concepción de poder (más que una forma de gobierno) donde las decisiones son tomadas por expertos técnicos, no designados por voto popular, sino por capacidad de acción técnica, donde se privilegia lo eficaz por sobre lo moral.