Defensa de la Democracia
Refiriéndose a las formas de gobierno de su época, Aristóteles consideró a la Democracia, como una de las formas de gobierno llamadas puras, al igual que lo eran, la Monarquía donde uno solo gobernaba ajustado a la ley, y la Aristocracia o gobierno de los mejores.
Aristóteles no era partidario de la Democracia, sino de una forma intermedia, a la que denominó Politeia, donde se combinaban la Democracia con la Aristocracia. El hombre político, para Aristóteles comprometido con su comunidad debe excluir a mujeres, niños, pero también a quienes se dedican a tareas viles, como los artesanos o agricultores, a los que calificaba no capacitados para decidir, aunque sí eran considerados integrantes imprescindibles de la polis. Las masas populares, formadas por las mayorías pobres, eran fáciles de manipular, e iban a la Asamblea para recibir una paga ínfima, y no por el bien común, por lo tanto, era fácil de caer en una desviación de la Democracia, que es la Demagogia.
Luego de la Revolución francesa, renace el concepto de Democracia basado en “El Contrato Social” de Rousseau.
Burdeau, define a la Democracia como aquel sistema gubernamental, que incluye la libertad en la relación política.
Según Norberto Bobbio, en la Democracia siempre debe haber reconocimiento de derechos y las decisiones colectivas deben tomarse por un número elevado de personas, lo que se llama mayoría. Este mismo autor señala que las democracias actuales (analiza en especial la italiana) presentan serios problemas que tienden a diferenciar la democracia ideal, que se había prometido, de la real. En ésta subsisten las oligarquías, donde grupos de elites, compiten por la conquista del poder. Las decisiones de gobierno, nacen bajo la presión de grupos poderosos, o por acuerdo con ellos, por ejemplo, sindicatos, grupos empresariales o partidos políticos. En Italia no hay una democracia transparente, con publicidad de actos de gobierno, sino un poder invisible, de mafias y servicios secretos.
Un problema que reconoce Stuart Mill, es el de la apatía, lo que se muestra en países donde el voto no es obligatorio, con la poca cantidad de ciudadanos que concurren a votar.
Sin desconocer los problemas que plantea la Democracia, actualmente podemos asegurar que es la única forma de gobierno posible, si queremos asegurar la libertad y los derechos de los habitantes.
En ese sentido, expresó Simón Bolívar, que solamente la democracia asegura la libertad, como derecho de hacer lo que se quiera dentro de lo permitido por la ley.
Winston Churchill, reconoció a la democracia con todas sus falencias, pero la mejor dentro de todas las peores formas de gobierno que se fueron probando.
Defender la Democracia es defender la propia Constitución. Los países de Latinoamérica, han probado lo que ocurre cuando las dictaduras se apoderan de los gobiernos, y aniquilan la Constitución y los derechos humanos. Por esa razón, las propias normas constitucionales se han erigido en su defensa. La Constitución de la Nación Argentina, luego de la reforma de 1994, es un ejemplo de ello, pues el artículo 36 asegura la vigencia de la Constitución Nacional en caso de producirse golpes de Estado, a los que declara de nulidad absoluta. Establece graves sanciones para quienes los realicen, y faculta al pueblo para oponerse a ellos.