Justicia y Política
El ideal de la política es la justicia, entendida como la concreción en términos de equidad, de la distribución igualitaria de bienes y derechos, según las necesidades y esfuerzos de cada uno, y de acuerdo a determinado modelo social.
Platón definió a la justicia como el dar a cada cual lo que le pertenece, y Ulpiano, jurista romano, la reiteró en sus preceptos fundamentales, como la perpetua y constante voluntad de otorgar lo que le corresponde a cada uno.
La justicia es un valor, un ideal a alcanzar y varía de acuerdo al tiempo y al lugar. Obtener territorios por conquista fue considerado justo en épocas precedentes, como también lo fue la esclavitud; e incluso determinar lo que a cada uno le corresponde, no es una tarea demasiado fácil, aún para los sabios o prudentes, a los que se refería Platón.
Esta es la justicia distributiva; a la que Aristóteles añade la justicia correctiva, actualmente impuesta a través del Poder Judicial, que implica restablecer a través de un castigo, la justicia, cuando alguien voluntariamente ha perjudicado a otro violando lo que le corresponde a cada uno. Por ejemplo, el ladrón al quitarle a otro lo que le pertenece, le priva de lo que le corresponde, y él se enriquece con algo que no le corresponde, y que debe restituir, más la aplicación de la pena correspondiente, para que la justicia vuelva a regir.
Aristóteles, que atribuyó al hombre la característica de animal político, asumió que el fin es lograr una convivencia justa dentro de la polis, distinguiendo entre las formas de gobiernos, tres, a las que consideró justas: la monarquía, la aristocracia y la democracia.
William Godwin (1756-1837) fue un político inglés autor de una obra llamada «Disquisición acerca de la justicia política y su influencia en la virtud y la felicidad de la población» aparecida en 1793, obra que es considerada precursora del pensamiento anarquista, pues critica con dureza a las instituciones políticas. Para este autor, la justicia no se logrará por medio de esas instituciones, sino por la razón humana; y la política, estrechamente unida a la moral, debe ser decidida por la opinión racional de los miembros de la sociedad en una especie de democracia directa.