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Derecho a la Paz

Publicado por Hilda

Derecho a la pazEs un derecho que corresponde a toda la humanidad, y que surgió como consecuencia de los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial, y la situación posterior a ésta, que determinó la existencia de la llamada Guerra Fría, que involucró a dos grandes potencias, la comunista URSS y la capitalista Estados Unidos en una carrera armamentista que ponía a todo el planeta en una situación riesgosa del estallido de una guerra nuclear. Por esa razón, uno de los principales objetivos de los estados en conjunto fue realizar una campaña mundial de desarme.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial se establecieron tribunales militares internacionales por parte de las potencias aliadas (Estados Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido y Francia) para juzgar a los responsables del régimen nazi, de los genocidios cometidos. En un acuerdo celebrado en Londres, crearon el Tribunal Militar Internacional de Nurembreg, cuyo estatuto creó como nuevos delitos, los crímenes contra la paz y los de lesa humanidad.

La ONU, organismo internacional creado luego de esta Gran Guerra, proclamó en el artículo 1 de su Carta los propósitos de la institución que son: mantener la paz y la seguridad entre las naciones, tomando medidas de tipo colectivo para prevenir y eliminar todo atentado contra la paz, y que todos los conflictos se solucionen por medios pacíficos, fomentando relaciones de amistad entre los pueblos de los diversos estados, basándose en dos principios: la igualdad y la libre determinación de los pueblos. El Consejo de Seguridad de la ONU es el organismo encargado de llevar adelante este propósito, de acuerdo al artículo 39 de la Carta de las Naciones Unidas, tratando de mantener la paz y la seguridad ante cualquier acto de agresión, aunque a veces no ha podido cumplirlo. En el mismo año 1948 de creación de la ONU, fue asesinado Gandhi, el líder pacifista hindú, predicador de la lucha por la liberación de los pueblos erradicando los medios violentos, y usando para lograr sus fines, medios pacíficos como la huelga de hambre. Poco después se inició la guerra entre israelíes y Palestinos, al consagrarse el nacimiento del estado de Israel, y un mes más tarde la URSS bloqueó Berlín. Los ataques contra el derecho a la paz fueron incesantes, y llegan hasta el presente, como en el caso del ataque a Irak, por parte de Estados Unidos, que con el apoyo del Reino Unido, hizo la intervención armada en ese país en el año 2003, sin el requisito de aprobación multilateral por parte de la ONU. Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz en 1993, y Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998, calificó a la Guerra contra Irak, como un atentado contra la humanidad. Esta es una de las tantas voces que condena la guerra contra Irak.

Ya la invasión realizada luego del atentado a las Torres Gemelas a Afganistán, en la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo internacional, justificando el ataque en la búsqueda del líder terrorista Bin Laden, supuestamente allí refugiado, fue un sombrío antecedente de estas violaciones al derecho a la paz. De este conflicto se detuvieron muchas personas sospechadas de participación terrorista, que se hallan alojadas en Cuba, en una base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, en indignas condiciones. Son más de 600 extranjeros que no fueron sometidos a proceso legal, negándoseles su reconocimiento de prisioneros de guerra, de acuerdo a los convenios de Ginebra. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo un llamamiento urgente a Estados Unidos para que la calidad de los detenidos fuera establecida por un tribunal internacional. Amnistía Internacional, solicitó inspeccionar la prisión. Todos los pedidos fueron desoídos.

Como vemos queda mucho para hacer en materia de este derecho, reconocido aún como anhelo, pero difícil de concretar en la práctica, donde intereses mezquinos llevaron a enfrentarse a los hombres en guerras desde los inicios de la historia de la humanidad. Erradicar este flagelo (el de la guerra) es una ambición acariciada por la mayoría de los habitantes del planeta, que lo reclaman diariamente, en su lucha cotidiana por la subsistencia, estudiando, trabajando, creciendo moralmente, y deseando vivir dignamente, derechos éstos pisoteados por los gobernantes, que con una decisión de declaración de guerra, pueden frustrar en segundos. Reconocemos la existencia de grandes problemas en el mundo, pero responder a la violencia con más violencia, genera un círculo vicioso imposible de romper.