Aseguradoras de Riesgo de Trabajo
Las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) son las empresas privadas que tienen a su cargo como objeto único, la cobertura integral en dinero y en especie de todos los eventos que dañen la salud de los trabajadores, que tengan su origen en la relación laboral y es obligatorio que se afilien a ella todos los empleadores, salvo los auto asegurados, pudiendo escoger libremente entre las ofrecidas, a cambio de una contribución, que se paga a través de la Contribución Única de la Seguridad Social, que varía de acuerdo al grado de riesgo y la calificación de la actividad.
Además de estas funciones, las ART también se encargan de la prevención de riesgos laborales. Esto incluye la identificación y evaluación de los riesgos, la implementación de medidas de control y la formación de los trabajadores en materia de seguridad y salud en el trabajo. La prevención es un aspecto fundamental de la gestión de las ART, ya que su objetivo es evitar que los accidentes o enfermedades laborales ocurran en primer lugar.
La existencia de las ART están previstas en el artículo 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo, número 24.557, desplazando hacia ellas el riesgo que antes estaba a cargo del empleador.
La infraestructura puede ser propia o contratada, y se le exige un capital mínimo y reservas. Las ART no pueden rechazar afiliaciones, y deben inscribir a las empresas que lo solicitan, creando alícuotas, denunciando incumplimientos ante la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, brindando las prestaciones a los damnificados, prestándoles asistencia médica, farmacéutica, rehabilitación.
Además, las ART también tienen la responsabilidad de realizar investigaciones en caso de accidentes laborales. Estas investigaciones son fundamentales para determinar las causas del accidente y tomar medidas para prevenir que se repita en el futuro.
Deben además otorgar montos indemnizatorios fijados por la ley, servicios de ortopedia y prótesis, y funerarios, garantizando las prestaciones y servicios, debiendo exhibir sus balances y estados financieros, realizando planes de acción preventivos para empresas en riesgo y deben llevar un registro de siniestralidad por cada establecimiento.
Las ART son controladas por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo que las autoriza a funcionar o las cancela, les impone un marco normativo, e incluso las sanciona. Este organismo también tiene la responsabilidad de supervisar que las ART cumplan con sus obligaciones y de proteger los derechos de los trabajadores. En caso de que una ART no cumpla con sus obligaciones, la Superintendencia puede tomar medidas como la imposición de multas o incluso la revocación de la autorización para operar.
En este sentido, las ART juegan un papel fundamental en la protección de la salud y seguridad de los trabajadores, y su correcto funcionamiento es esencial para garantizar un ambiente de trabajo seguro y saludable.