Objetivos de la OIT
La OIT (Organización Internacional del Trabajo) fue creada luego de la Primera Guerra Mundial, el 11 de abril de 1919; la Declaración de Filadelfia de 1944 la complementó, incorporándose a la Constitución como anexo, y su autonomía se alcanzó en 1946. En el Preámbulo de su Constitución se declaran como objetivos de la entidad: trabajar en pos de lograr la justicia social y poner fin al abuso y la pobreza estableciendo oportunidades y condiciones laborales genuinas, dignas e igualitarias, mediante el respeto a las normas laborales, promoviendo a que toda la población laboralmente activa, pueda desempeñarse, libre, segura y productivamente, con el objetivo primordial de lograr la paz universal (que no puede lograrse ante el descontento de los trabajadores marginados y explotados) promoviendo el diálogo y la cooperación entre las partes y trabajando cooperativamente por el progreso social.
La Declaración de Filadelfia reforzó con sus principios dichos fines, considerando al trabajo humano diferente de otras mercancías, reconociendo el derecho a la libre expresión y a la asociación, y la necesidad de luchar contra las necesidades, y llegar al pleno empleo, desde cada nación, actuando en forma democrática y colaborativa, los representantes de los trabajadores, de los empleadores y de los gobiernos, e internacionalmente, considerando la pobreza un peligro para el progreso.
Las propuestas para alcanzar esos fines eran regular, limitando las jornadas de trabajo, prevenir el desempleo, proteger al trabajador contra accidentes y enfermedades laborales, especialmente a niños y mujeres, reconocer la libertad sindical, la protección de la invalidez y la vejez y la de aquellos trabajadores que se desempeñen en países extranjeros.
La OIT ejerce una función consultiva, respondiendo a pedidos de los países miembros, realizando trabajos de investigación y elaborando informes, colabora también asesorando técnicamente en los cambios normativos, aprueba convenios obligatorios e interviene a solicitud de las partes, para resolver conflictos internos a través de informes no vinculantes.