Nullum crimen nulla poena sine lege
Este aforismo latino significa que nadie puede ser pasible de ser sancionado con una pena o condenado, si no existe una ley anterior que diga que ese hecho cometido es un delito; por lo tanto su ámbito de aplicación es fundamentalmente penal. Si bien es aplicable en el proceso civil donde nadie puede ser condenado sin un previo proceso judicial, si no hay ley anterior, el Juez civil puede dictar sentencia de acuerdo a los principios generales del derecho.
La frase reconoce la paternidad del penalista Paul Johann Anselm Von Feuerbach, que redactó en 1813, el Código Penal de Baviera, impidiendo la aplicación retroactiva de as normas penales.
El artículo 18 de la Constitución de la Nación argentina consagra este principio que pasa a tener por ello jerarquía constitucional al disponer que todo aquel que sea juzgado, debe serlo de acuerdo a ley previa al hecho que se le imputa. La ley penal debe definir claramente los delitos y fijar para ellos la pena correspondiente, pudiendo dejar a la apreciación judicial fijarla entre un mínimo y un máximo.
El artículo 14 de la Constitución mexicana impide la aplicación retroactiva de las leyes penales si causan perjuicio a alguna persona, debiendo los juicios ser basados en leyes anteriores al hecho que motiva el procedimiento.
La razón de la existencia de este principio es la seguridad jurídica, ya que no la habría si las personas al actuar temieran que esos actos a posteriori, sean considerados delictivos. Aplicando el principio, quien actúa en contra de las normas penales sabe que se expone a una sanción, pues todos deben conocer a partir de su sanción, las normas que rigen en su país.