El nepotismo en la política
El nepotismo político es la práctica frecuente en la administración pública de obtener cargos en los mismos, por ser familiar o amigo de un funcionario público. En estos casos es la vinculación política y no el mérito de los candidatos, el que los hace ser merecedores del puesto, en violación de normas éticas pero también jurídicas, ya que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclama en su artículo 21 inciso 2 la igualdad de acceso a los cargos públicos, y en general al derecho de igualdad de oportunidades.
A pesar de estar en colisión con la moralidad y emparentarse con la corrupción, el nepotismo fue ejercido desde que se constituyeron los primeros Estados en el mundo, no solamente en los casos de las monarquías hereditarias. El tirano griego Pisístrato que gobernó Atenas en el siglo VI antes de nuestra era, para asegurarse el apoyo de sus colaboradores, les entregó los cargos más importantes a sus amigos y familiares. Otro caso emblemático y mucho más cercano en el tiempo, es el del emperador francés Napoleón Bonaparte que convirtió a su hermano José en rey de España al deponer a Fernando VII en el siglo XIX.
Fue común también esta práctica en la iglesia, lo que hizo que se prohibiera en el siglo XVII que la investidura eclesiástica esté a cargo de familiares cercanos.
El amiguismo y el “acomodo” son moneda corriente en la actualidad. En Paraguay se dictó la ley 2777 que prohíbe la designación de parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad (hasta primos) y segundo de afinidad (cuñados) por elección directa y sin concurso público. Considera que se trata de una presunción de tráfico de influencia y el nombramiento resulta nulo. En México, la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos impide que los funcionarios intervengan en el trámite o resolución de asuntos en los que estén interesados, y abstenerse de participar en la elección o remoción de personas con las que tengan un vínculo que les reporte algún beneficio.
A pesar de todo, el nepotismo no logra ser controlado, y es frecuente que abunden las “familias políticas”. Los listados de candidatos a legisladores no es más que una muestra de ello, al ver los apellidos que figuran, que se repiten generacionalmente; de la vigencia del nepotismo.
En Argentina se presentó un proyecto de ley en 2016 para prohibir el nepotismo en la provincia de Buenos Aires, de autoría del diputado Guillermo Castello, de la Coalición Cívica-Ari. Se prevé la nulidad de la designación y la inhabilitación por cinco años tanto del funcionario que designó, como del elegido en forma arbitraria, quien deberá devolver el dinero que percibió.