Los jóvenes y la política
En las modernas democracias es fundamental la participación de la ciudadanía en la política, ya sea para integrar partidos políticos, de donde surjan quienes ejercerán por elección popular los cargos de gobierno o para ejercer el derecho del sufragio con responsabilidad y conciencia ciudadana.
Para ello es muy importante formar desde edad temprana, aún antes de que puedan ejercer sus derechos políticos a los adolescentes en la captación de los valores democráticos, en la importancia de realizar actividades que tiendan al bien común, en valorar la acción de gobierno como de utilidad para todos, a efectos de formar una futura dirigencia honrada y eficaz.
La política actual, tan desvirtuada, sobre todo por las continuas acusaciones de corrupción no hace más que alejar a jóvenes y no tan jóvenes de la actividad política, la que se torna altamente desconfiable. Sin embargo, si pretendemos vivir en democracia, no podemos desconocer que sin políticos no hay gobierno democrático posible, y en lugar de renegar contra ellos, habría que formar a otros, en valores éticos y culturales sólidos, y alentar al resto de la ciudadanía que no tenga vocación de liderazgo político a estudiar la trayectoria de cada candidato, las propuestas del partido y su grado de veracidad, antes de emitir su voto, y no tomarlo simplemente como una obligación eligiendo al que parece menos malo, pues cada voto es trascendente a la hora de decidir el futuro del el país en su conjunto.
La práctica en los centros de estudiantes tanto secundarios como universitarios, es muy valiosa a efectos de formar futuras clases dirigentes, pues van practicando en pequeña escala lo que es dirigir una sociedad, viendo sus necesidades e implementando las medidas adecuadas para resolver los problemas, sin exceder el presupuesto disponible ni prometiendo utopías.
