Política financiera
La política financiera referida al ámbito público, es una rama o subdivisión de la política económica del Estado. También se denomina política monetaria pues es el dinero lo que se usa para mantener la economía estable o progresiva, logrando el pleno empleo y la estabilidad en los precios, evitando la inflación, y obteniendo el crecimiento económico, y una balanza de pagos favorable.
Quienes tienen el manejo y la toma de decisiones en estos aspectos son en general las autoridades del Banco Central que toman medidas microeconómicas con influencia en la macroeconomía del país.
Estas medidas, que inciden en el circulante monetario, actuando sobre sus variables, incluyen el control cambiario, el de las entidades financieras, venta de títulos de la deuda pública o su rescate, emisión de moneda, devaluación de la moneda, fijación de tasas de interés, determinación del encaje legal que deben crear las entidades financieras o el otorgamiento de redescuentos. En Argentina rige, en la era kirchnerista, una medida de política financiera que consiste en la restricción a la compra de divisas.
Se diferencia de la política fiscal en que si bien ésta es también parte de la política económica, en la política fiscal se hace referencia a la recaudación de dinero por parte del Estado a través de cargas impositivas, y a evitar erogaciones excesivas, o hacer gastos que se consideren necesarios para incentivar el consumo o evitar injusticias sociales, mediante el control del gasto público. También se refiere a contraer empréstitos. Ambas, política monetaria o financiera y política fiscal son complementarias.
Las medidas de política financiera y fiscal influyen en el Estado pues merced a ellas crece o sufre crisis, pero también y fundamentalmente, afectan la vida cotidiana de los ciudadanos.