Oligarquía
El origen etimológico de la palabra oligarquía nos remonta al griego ὀλιγαρχία “oligarchia”, compuesto por ὀλίγος u “oligos” en el sentido de “pocos”, ἄρχω o “archo” que puede traducirse como mandar; y el sufijo de cualidad “ia”.
La oligarquía es un gobierno donde solo unos pocos privilegiados alcanzan el poder político y gobiernan solo en interés de su clase, y no para el bienestar general. El filósofo griego Aristóteles enseñaba que se trataba de una deformación o forma impura de la aristocracia, forma pura, donde si bien gobernaban pocos, éstos eran los mejores y lo hacían para el bien común. Por el contrario la oligarquía puede devenir en tiranía, cuando esos pocos, movidos por sus intereses de clase, hostigan y oprimen a los demás sectores sociales, de raigambre popular.
En la antigua Grecia la oligarquía surgió cuando la aristocracia, ejercida por los más aptos par gobernar, se fue convirtiendo en hereditaria, y así solo la pertenencia a la clase privilegiada y no la capacidad, determinó la ostentación del poder.
En la actualidad no solo se aplica el término a la dirigencia política sino a la económica, cuando unos pocos dominan los mercados económicos o financieros, teniendo también gran influencia política, a través de sus monopolios, aunque no ejerzan de manera directa el poder desde el gobierno.
Podemos citar como ejemplos representativos, entre otros, de oligarquías económicas, a la oligarquía de Alameda. Este poder oligárquico estaba concentrado en el siglo XIX, en manos de terratenientes, comerciantes y dueños de fábricas, residentes en Málaga (España) donde llevaban una vida ostentosa, controlando la ciudad, siendo una de las familias más poderosas la de los Larios, muy conocidos en la industria textil y azucarera. Fueron fundadores del Banco de Málaga. Martín Larios fue nombrado marqués en 1865.
A nivel político podemos citar la oligarquía conservadora de Argentina (entre 1880 y 1946). Nace con la presidencia de Julio Argentino Roca.