Partidos políticos
La Democracia es el gobierno popular, y se sustenta en la decisión de la mayoría. Pero esa mayoría para poder expresar su opinión, debe agruparse en pensamientos comunes sobre la forma más conveniente de gobernar el país, sus metas e ideales, y en general sobre su proyecto gubernamental, pues de lo contrario la infinidad de ideas que se verterían, no permitirían concretar ninguna. Para llevar a la práctica esos planes, obviamente se necesita llegar al poder a través de elecciones (sufragio) y esa es la meta fundamental de los partidos políticos.
Por eso podemos definir a los partidos políticos, como la organización constituida de acuerdo a las leyes de su país, que permite a los ciudadanos con ideas políticas similares reunirse para postular sus candidatos a los cargos de gobiernos, presentando un plan de acción para el caso de ser electos.
Cuando nació la democracia representativa, luego de la Revolución Francesa, los liberales burgueses que alcanzaron el poder no estaban de acuerdo con la existencia de partidos políticos, sino que basados en el individualismo y no en políticas de grupo, sostenían que la división en partidos haría surgir gobernantes que ejercerían el poder en beneficio de su grupo partidario. Sin embargo, no tardaron los selectos y ricos diputados, que también defendían sus intereses de clase, en agruparse también por ideas comunes en el recinto, pues es natural en la condición humana.
En esa época, la participación política era limitada, pero al avanzarse hacia el sufragio universal, con la aparición de los partidos de masas, fueron formándose los partidos políticos, desde mediados del siglo XIX, comenzando por Estados Unidos. En Francia, surgieron con la Segunda República, hallaron trabas para su desarrollo en el Segundo Imperio de Napoleón y recién a fines del siglo XIX, adquirieron relevancia política.
Constitucionalmente los partidos políticos fueron reconocidos más tardíamente: El Partido Comunista en la Unión Soviética (Partido Único) fue en 1936, en Italia lo obtuvieron en 1948, en Alemania en 1949, en Francia, en 1958, y en Argentina en 1994.
En la Democracia los partidos políticos compiten entre sí para lograr los cargos gubernamentales, pero como estos cargos son temporarios, los perdedores permanecen en la oposición presionando sobre las decisiones del partido gobernante, ocupando bancas en el Congreso, y esperando la oportunidad de lanzar otra vez sus candidaturas en próximas elecciones.
Hay sistemas de partidos que cuentan con un partido único, o sea, que legalmente hay un solo partido oficial o legal al que votar, donde en realidad no hay democracia (Cuba). Otros sistemas si bien reconocen la existencia legal de otros partidos, hay uno solo con real posibilidad de acceder al poder, pero el resto puede ejercer una oposición efectiva, por ejemplo, el Partido Del Congreso de la India. En los sistemas bipartidistas, hay dos partidos dominantes, aún cuando haya otras alternativas, sin posibilidades. Se destacan como bipartidistas Estados Unidos con los Partidos Republicanos y Demócratas, y Gran Bretaña con sus Conservadores y Laboristas.
Los sistemas multipartidarios poseen muchas alternativas políticas, agrupadas en partidos con posibilidad de acceder al gobierno (Francia, Italia, Países Escandinavos, Argentina).
En Argentina, los partidos políticos están reconocidos constitucionalmente por el artículo 38, como fundamentales para la vida democrática, con sostenimiento económico por parte del estado. La reglamentación de los partidos estuvo a cargo de la ley 23.298 de 1985, denominada Ley Orgánica de los Partidos Políticos, requiriéndose una organización estable, de acuerdo a una carta orgánica, y poseer personería jurídica.
