El ideario de los partidos políticos
Para constituir un partido político, base para que de allí emerjan los candidatos para las elecciones democráticas, lo primero que se necesita es una idea bajo la cual se agrupen un conjunto de personas, sobre un tema que haga al bien común y sobre el que se necesite lograr o profundizar objetivos.
Todas las sociedades humanas tienen deseos y reclamos, y justamente es en el ideario del partido político donde se expresan cuáles son los ideales o metas para los que fue constituido. No existen las sociedades ideales, pero las ideas (concebidas como un anhelo de perfección) impulsan a que las comunidades evolucionen y mejoren.
El ideario contempla un modo de ver la función del Estado y cómo se debería resolver los problemas sociales, con o sin su intervención, entendiendo por problemas sociales, entre otros, la educación, la salud, la seguridad, la justicia y la moral públicas.
Si bien algunos partidos no intentan cambiar radicalmente el orden existente (algunos sí) siempre nacen para mejorar algunos aspectos de la vida pública, pues de lo contrario no tendrían sentido. Estos temas que preocupan al conjunto, dependen de las condiciones sociopolíticas, económicas y ambientales, de un determinado momento histórico. Por ejemplo, la ideología que dominó a la Revolución francesa, aún antes de que surgieran los modernos partidos políticos, fue derrocar al rey y los privilegios de los nobles. Hoy, ya sin monarquías absolutas en Occidente, las ideologías son otras, basadas en los problemas del presente, por ejemplo: la lucha por mayores conquistas laborales, por terminar con la corrupción, para brindar mayor seguridad ante la creciente ola delictiva, la lucha contra el narcotráfico, etcétera. Los partidos ecologistas, se han sumado con sus idearios de lograr mayor respeto a la naturaleza, a tratar de solucionar problemas que hacen al bien común, en un mundo en peligro ante la ambición humana que sobreexplota los recursos natrales.
En base a esa ideología particular a cada uno, se elaboran los programas de los partidos políticos y luego las plataformas electorales.