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Políticas públicas en favor de la niñez y la adolescencia

Publicado por Hilda

Políticas públicas a favor de la niñezLa Declaración de Ginebra del año 1924 es el primer texto legal en defensa de los niños. Fue dictada por la Sociedad de las Naciones, organismo constituido luego de la Primera Guerra Mundial, y que fue antecedente de la ONU. Pero esta declaración careció de efecto vinculante para los Estados.

Luego de la Segunda Guerra Mundial y tras la creación de la ONU, se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948. Allí, si bien no se protege específicamente a los niños, sino a todos seres humanos, hay algunas referencias de protección especial a la maternidad y a la infancia.

El 20 de noviembre de 1959, y basándose en la Declaración de Ginebra de 1924, la Declaración de los Derechos del Niño, constituyó un Tratado de orden internacional reconocido por los 78 países que integraban la ONU. Sin embargo los principios en ella contenidos carecían de obligatoriedad, siendo solo recomendaciones.

Es para lograr un texto jurídico vinculante que se dictó la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1959, integrada por 54 artículos, donde el niño es reconocido por primera vez como sujeto de derecho.

Argentina adhirió a la convención en 1990 y por la reforma constitucional de 1994 adquirió rango constitucional (artículo 75 inciso 22), lo que planteó la necesidad de una adecuación normativa, ya que en Argentina entre 1919 y 2005 rigió el régimen de Patronato, donde el Estado decidía sobre la vida de los menores en riesgo, privándolos de muchos de sus derechos, como por ejemplo, los separaba de sus familias y disponía su alojamiento en institutos de menores.

El Estado ha realizado desde entonces políticas públicas, o sea intervenciones estatales en favor de los niños y jóvenes ya sea a nivel general, como las asignaciones universales por hijo; o a nivel especial o particular tomando en cuenta situaciones puntuales o interviniendo sobre sectores más vulnerables. La situación social y económica de los niños no puede ser causa de separarlos de sus familias. Sin embargo aún queda mucho por hacer pues hay niños con hambre, sin escolarización, que trabajan a pesar de estar prohibido, o son víctimas de abuso y violencia, como sucede en muchos Estados, especialmente en los de menores recursos o donde el presupuesto que se destina a la protección de la infancia es insuficiente o está mal administrado o direccionado.

Un organismo que hace mucho por el bienestar de los niños es UNICEF, que actúa en colaboración con otras organizaciones y con los gobiernos de cada país del mundo, instituciones y empresas, públicas o privadas. Por ejemplo logró que se aprobara en Malawi una ley que prohíbe el matrimonio infantil.