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Los deberes del hombre

Publicado por Hilda

Los deberes del hombreEl Papa Juan XXIII enumeró los derechos del hombre en la Encíclica Pacem in Terris, y a continuación expresó que esos derechos se hallan unidos con la misma cantidad de deberes en la persona que los posee, y que ambos son conferidos o impuestos por la ley natural. Al derecho a la vida le corresponde el deber de conservarla, al derecho a tener una vida decorosa, se corresponde el deber de vivir con decoro, y al derecho a la libertad el deber de buscarla.

Pero no solo es deber del hombre corresponder sus propios derechos con sus propios deberes hacia su persona, sino con respecto a los demás. Los derechos del hombre es un tema que demandó muchos siglos en su reconocimiento, y actualmente son una conquista importante de la humanidad, consagrados en 1789 en la Revolución Francesa y con carácter universal por la ONU, en 1948.

Sin embargo, lo que debemos recordar que a cada derecho del hombre le corresponde un deber a cumplir, sin el cual resultaría ilusorio el ejercicio del derecho. Si alguien tiene derecho a que se le respete su propiedad no puede a su vez pretender quitarle la propiedad a otro, pues ese otro vería vulnerado su propio derecho de propiedad.

La OEA en 1948 aprobó la declaración de los derechos y los deberes del hombre, donde puede leerse en su preámbulo que los derechos y deberes deben hallarse integrados en las actividades humanes sociales y políticas. Los deberes se sustentan en el orden moral y expresan la dignidad de la libertad exaltada por los derechos. Enuncia como deber fundamental del hombre alcanzar la cultura, y en consecuencia de esa cultura, acatar la moral y las buenas maneras.

En el capítulo segundo se establecen los deberes específicos para con la sociedad, para con los hijos y los padres, el deber de adquirir instrucción primaria, el de sufragar, el de obediencia a la ley, el de servir a la comunidad y a la nación, el de cooperar con la asistencia y seguridad social, el de trabajar, el de pagar impuestos y el de no participar en actividades políticas de estados extranjeros.

Es importante destacar que, además de los deberes mencionados, existen otros que son fundamentales para el desarrollo integral del ser humano y la convivencia pacífica en sociedad. Entre estos deberes se encuentran el respeto por el medio ambiente, que implica la responsabilidad de cuidar y preservar los recursos naturales para las futuras generaciones. Asimismo, el deber de promover la igualdad y la justicia social, luchando contra cualquier forma de discriminación y desigualdad.

Otro deber esencial es el de la solidaridad, que nos llama a ayudar a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad o necesidad. Este deber se manifiesta en acciones concretas como el voluntariado, la donación de recursos y el apoyo a causas sociales. La solidaridad fortalece el tejido social y fomenta una cultura de paz y cooperación.

El deber de la honestidad y la integridad también es crucial en todas las esferas de la vida, desde las relaciones personales hasta el ámbito profesional y político. La honestidad implica actuar con transparencia y rectitud, evitando el engaño y la corrupción. La integridad, por su parte, se refiere a la coherencia entre nuestros valores y nuestras acciones, manteniendo una conducta ética en todo momento.

Además, el deber de la responsabilidad cívica nos insta a participar activamente en la vida democrática de nuestras comunidades, ejerciendo nuestros derechos políticos y contribuyendo al bienestar común. Esto incluye el deber de votar, de informarse sobre los asuntos públicos y de involucrarse en iniciativas que promuevan el bien común.

Finalmente, es fundamental reconocer el deber de la empatía, que nos invita a ponernos en el lugar del otro y a comprender sus sentimientos y perspectivas. La empatía es la base de la convivencia armoniosa y nos ayuda a construir relaciones basadas en el respeto y la comprensión mutua.

En suma, los deberes del hombre no solo abarcan aspectos legales y morales, sino también éticos y sociales, que son esenciales para el desarrollo de una sociedad justa y equitativa. Cumplir con estos deberes nos permite ejercer nuestros derechos de manera plena y contribuir al bienestar de todos.