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Homicidio simple

Publicado por Hilda

Homicidio simpleLa figura penal del homicidio simple se configura cuando un ser humano, con dolo o intención pone fin a la vida de otro ser humano, sin que se configuren las circunstancias que la ley prevé para atenuar la figura, o agravarla.

Es un delito que requiere un resultado material: la muerte de una persona ya nacida, distinta del autor del hecho, pues de lo contrario se trataría de un suicidio, salvo que se lo haga mediando coacción por parte de un tercero, que sería el homicida. Puede ser ocasionada por acción, por ejemplo dispararle a alguien con un arma de fuego, u omisión, no darle de comer a un niño a su cuidado. Los modos no son relevantes, se constituye la figura penal por cualquier modo que ocurra la muerte, salvo aquellos que se configuran como agravantes, creando la figura de homicidio agravado, como por ejemplo, el del artículo 80 inciso 5 del Código Penal argentino: “que se utilice un medio que pueda causar un peligro común”.

La viabilidad tiene poca importancia a los fines de definir el delito. Debe tratarse de dar muerte a una persona que en el momento del hecho esté viva, sin importar que esté fatalmente condenada a morir, por otras razones.

El artículo 79 del Código Penal argentino condena al homicidio simple, siendo el primero que describe cuando trata de los delitos contra la vida, en el capítulo I, del Título Primero del Libro Segundo, al que define como “matar a otro” con ocho a veinticinco años de reclusión o prisión. Se excluyen los casos en que la propia ley considera que la muerte ha sido justa, como por ejemplo, la legítima defensa, o en cumplimiento del deber. Es admisible el homicidio en grado de tentativa, cuando el hecho no se consumó a pesar de haberse tenido la intención de que ocurra y las distintas variantes de la participación.

En el Código Penal Federal de México el homicidio es tratado en el Libro Segundo, título décimo noveno, que se titula, Delitos contra la vida y la integridad corporal, definiendo a esta figura delictiva en el artículo 302, como “el que priva de la vida a otro”. En el artículo 303 exige que se presente alguna de las siguientes circunstancias: Que la lesión sea la causa directa de la muerte, por haber comprometido algún órgano u órganos, o sea, que la muerte sea una consecuencia causada por la lesión. Si se halla el cadáver dos peritos constatarán que la lesión fue mortal, haciendo autopsia de ser necesario, y si no se hace autopsia, los peritos inferirán del conjunto de datos, si la muerte se produjo como consecuencia directa de la lesión. No importa según el artículo 304, que otra persona hubiera sobrevivido a una lesión similar, o que la muerte se hubiera producido por la debilidad de la víctima u otras circunstancias particulares, o que los auxilios no hubieren llegado oportunamente, y por eso se produjo el deceso.

El artículo 305, considera como no mortal la lesión, si había una causa anterior que originó la muerte de la víctima, y sobre cuya existencia la lesión no intervino, o si la lesión se agravó posteriormente por impericia médica en su tratamiento, o imprudencia del propio paciente o de terceros. El artículo 307 determina la pena: doce a veinticuatro años de prisión.