El trabajo en el siglo XXI
El trabajo desde el siglo pasado ha operado vertiginosos cambios junto con los adelantos tecnológicos y las nuevas formas de contratación laboral. Esto permite a los trabajadores contar con mayores instrumentos para sus tareas cotidianas, donde el ordenador ya es parte del trabajo de todo oficinista, y las modernas maquinarias invaden cualquier industria; pero también esto exige adaptarse constantemente a los cambios en la forma de trabajar y en nuevos puestos de empleo, lo que genera una gran incertidumbre y demasiado stress.
Surgieron así, el tele-trabajo, el trabajo electrónico, el trabajo virtual, la informatización, las oficinas electrónicas, que han dejado a no pocos trabajadores formados en la cultura del lápiz y el papel, alejados del mundo laboral, o en puestos de menor jerarquía.
La competitividad se ha vuelto feroz, y la gran afluencia de la clase media a la universidad, ha creado una oferta de mano de obra cada vez más calificada, que exige una constante capacitación en formaciones no solo de grado sino de postgrados, y amplio conocimiento de idiomas, dentro del mundo globalizado donde se desenvuelve la actividad.
Las carreras con mayor inserción laboral son hoy las tecnológicas, desplazando a las profesiones tradicionales, aunque muchos jóvenes se inscriben en ellas (Medicina, Abogacía) pues aún ese título otorga prestigio social.
Algunos autores (Jeremy Rifkin, Robert Reich, John Naisbitt y Alvin Tofler) ven este reemplazo del hombre por máquinas como el fin del trabajo humano. El primer autor citado tituló justamente a su libro “Fin del trabajo” denunciando la gran cantidad de personas que engrosarán poco a poco el número de desocupados, al ser reemplazados por máquinas.