El Poder Político
El poder hace a la esencia de la vida política, implicando una relación de mando y obediencia. Tener poder es la posibilidad de producir consecuencias intencionalmente en otro u otros, a través de ciertos medios físicos o ideales. El poder político siempre se desarrolla entre seres humanos. El poder es una energía que logra la obediencia por medio de promesas de premios o amenazas de castigos. Es un poder público pleno monopolizador de la coacción, para evitar la venganza privada.
El poder es producto de la interacción humana y por lo tanto un fenómeno social permanente. El poder político antecede al Estado moderno, pues antes de él ya existían personas que desarrollaban actividades políticas, de luchas por el poder y ejercicio del mismo, desde que el hombre comenzó a agruparse bajo alguna forma de liderazgo.
Tomás Hobbes definió el poder como los medios presentes de un hombre que le permiten obtener algún bien futuro manifiesto.
El francés Maurice Hauriou (1856-1929) lo definió como una libre energía, que gobierna a un grupo humano por su superioridad, con el fin de crear continuamente el derecho y el orden.
Harold Laski, politólogo inglés (1893-1950) justificó la existencia del poder para satisfacer las demandas sociales.
En la Edad Antigua (salvo en la democracia ateniense, en la república romana y en los primeros tiempos del imperio) el poder era absoluto, sustentado generalmente en la idea de un rey deificado. Con el advenimiento del cristianismo el poder absoluto del monarca se justificó como otorgado por Dios. En las actuales democracias ya el poder no es absoluto, sino dividido en los tres poderes del Estado: Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y debe contar con el reconocimiento, o sea poseer legitimación.
En las actuales democracias el poder político reside en el pueblo que lo delega en sus representantes elegidos por el voto popular por un período de tiempo limitado.