Causa Curiana
La causa curiana fue un caso concreto que se presentó en la Antigua Roma republicana (año 93 a. C) ante el Tribunal de los Centunviros, que es el que se dedicaba decidir cuestiones sobre herencias, como la que aquí se planteaba. En efecto, las partes en litigio eran: un tal Curio, beneficiario de una herencia testamentaria, de un tal Coponio, que no era su pariente, y por el otro lado, los parientes agnados del difunto, que aducían la nulidad de la disposición testamentaria por no reunirse las condiciones de procedencia que en el testamento figuraban.
Hechos: Marco Coponio, previó su muerte, y creyendo que su mujer estaba embarazada dispuso que su sucesor sería su hijo póstumo, pero añadió una sustitución pupilar, estableciendo que si su hijo no llegaba a cumplir los 14 años, fecha en que legalmente podía testar, su sucesor sería Manlio Curio. Muerto Coponio, resultó que su esposa no cursaba embarazo alguno, y de allí la discusión: Curio sostenía que la verdadera intención del causante era hacerlo a él heredero en segundo lugar, después de su supuesto hijo, en cualquier circunstancia, y el pariente agnado, hermano del difunto, aferrado a una interpretación literal, le negaba ese derecho, pues lo reconocía como sucesor solo en el caso de que el hijo muriera antes de ser púber. Por lo tanto, nulo el testamento, se abriría la sucesión legal o ab intestato y sería él, el legítimo heredero.
Hasta entonces, el tribunal había dictado siempre sus sentencias haciendo interpretaciones literales, pero en este caso, se apartó de esos precedentes, y, favoreciendo a Curio, realizó una interpretación subjetiva, muy novedosa para la época, sentando las bases de una nueva forma de interpretación judicial basada en la real intención, con sentido de equidad y no en lo plasmado en forma literal y de Derecho estricto.