Derechos de los hijos
Los hijos menores tienen con respecto a sus padres que los tienen bajo su cuidado los derechos que les confiere estar bajo la patria potestad, y también los que les reconocen la Convención de los Derechos del Niño. Por lo tanto deben ser cuidados, alimentados, vestidos, educados, escuchados, y proveérseles de vivienda digna.
Según el artículo 254 del Código Civil argentino los hijos pueden reclamar a sus padres su filiación si no los hubieran reconocido; impugnar la paternidad del marido de la madre (art. 259) y la de la madre (art. 262) y el reconocimiento a ellos como hijos que hicieran sus padres no unidos en matrimonio (art. 263). Tienen derecho a recibir alimentos de su padre no conviviente en caso de separación matrimonial (art. 271). Aún cuando sea la mala conducta del niño el que determina su necesidad, sus padres deben atenderlo (art. 269).
El menor adulto puede reconocer hijos, testar o estar en juicio criminal sin autorización de sus padres (art. 286).
En los casos de viudez de su padre o madre e incapacidad de ellos, el hijo mayor de edad es su curador (art. 477). A la inversa también sucede, en caso de incapacidad del hijo soltero mayor de edad, tiene a uno de sus padres como curador.
En Argentina si bien la mayoría de edad comienza a los 18 años, es hasta los 21 años que el hijo tiene derechos alimentarios. La jurisprudencia la ha extendido hasta los 25 años en casos de que el hijo continúe su instrucción universitaria o formación profesional, y los padres estén en condiciones de cumplir su obligación. En caso de discapacidad del hijo, la obligación se mantiene mientras ésta dura.
Si bien los niños tienen muchos derechos reconocidos por las normas internas de los Estados y los Tratados Internacionales, como estos derechos, y las correspondientes obligaciones paternas quedan en su cumplimiento dentro de la privacidad del hogar, muchas veces los menores sufren vejaciones y nadie los ampara. Un caso que conmocionó hace poco tiempo a la sociedad argentina es el asesinato de la niña Priscila de siete años hecho acaecido en la localidad de Berazategui, provincia de Buenos Aires, siendo la autora su madre, quien la habría matado a golpes, en los primeros días del mes de enero de 2014, a pesar de que el artículo 278 habla de que la corrección que puede hacérseles sobre sus acciones; debe ser moderada, excluyendo el menoscabo físico o psíquico.