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Democracia y elecciones

Publicado por Hilda

Democracia y eleccionesEl poder del pueblo, en las democracias representativas, surgidas luego de la Revolución Francesa, se expresa en su plenitud a través de las elecciones periódicas de quienes van a ocupar los cargos de gobierno electivo, en los poderes ejecutivo y legislativo.

Para captar el voto popular, los candidatos de los diferentes partidos, surgidos de elecciones internas y democráticas, compiten por lograr la adhesión de la ciudadanía y formar sobre sus personas y proyectos una opinión pública favorable.

El poder soberano del pueblo es un poder que decide por mayoría como cuerpo electoral, ejerciendo su derecho político, consagrando investiduras, y que una vez elegidos sus representantes, se mantiene latente hasta las próximas elecciones, que se organizan territorial y sistemáticamente, constitucional y legislativamente reglamentadas.

Para Fayt en última instancia la decisión es del electorado, pues con su voto toma decisiones trascendentes, como otorgarle el poder a un candidato, permitir que lo conserve o que lo pierda. Es una técnica propicia para limitar el poder.

No debemos creer que solo con elecciones libres justas y periódicas, aseguramos la democracia, pues la democracia es mucho más que eso. No solo se agota en elegir candidatos, sino que éstos deben gobernar de acuerdo a la constitución y a las leyes, respetando los derechos de sus habitantes.

En Argentina, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, en 1821, promulgó una ley donde primera vez en América Latina se insttuyó el sufragio universal y la elección directa para elegir gobernador; siendo electores voluntarios, todos los hombres libres de más de 20 años. Los candidatos debían reunir la calidad de propietarios.

La ley 140 fue la primera ley nacional de elecciones (1857) con sistema de lista completa o plural, voto cantado, y solo para hombres.

El régimen electoral con voto universal, secreto y obligatorio, se debe en Argentina a la Ley Sáenz Peña promulgada el 13 de febrero de 1912. faltaba aún consagrar el voto femenino, lo que se logró en 1947.