Gobierno y Administración
Siendo el gobierno en su faz dinámica y jurídica un sistema de servicios, necesita complementarse con la tarea de administración, que es un instrumento del poder para la concreción de sus fines, gestionándolos, a través del aparato burocrático.
La tarea de administración, como manera de proceder para lograr los fines de bien común, de modo inmediato, dentro de los poderes del Estado, le compete al Poder Ejecutivo, a través de sus diferentes ministerios, con funciones especializadas.
La administración comprende las siguientes tareas: la selección de los intereses a administrar, la organización de los servicios destinados a proveerlos, y el estímulo y control del funcionamiento de dichos servicios. Su accionar compromete la responsabilidad del Estado.
En Argentina, los Poderes Legislativo y Judicial no se encuentran comprendidos dentro de la Administración Pública. Según el artículo 99 inciso 1 de la Constitución Nacional argentina, es el Presidente de la Nación el Jefe del Gobierno y además, el responsable político de la administración general del Estado.
En México la administración pública Federal está en manos de los Poderes de la Unión.
Los artículos 97 y 98 de la Constitución española disponen que el gobierno, compuesto por el Presidente, Vicepresidentes y Ministros, dirigen la administración civil y militar.
El artículo 103 dice que el fin de la Administración Pública es servir a los intereses generales con objetividad; y enumera los principios bajo los cuales se ejerce: eficacia, jerarquía, desconcentración, descentralización y coordinación, aclarando que esas funciones deben subordinarse plenamente a la ley, la cual regulará el ingreso de los funcionarios públicos, por mérito y capacidad y dará garantías para su imparcialidad.